sábado, 10 de septiembre de 2016

Confianza

En muchas ocasiones hemos leído que el simpatía  es por tanto la otra cara del temor, en esta entrevista con Éric-Emmanuel Schmitt,  la otra cara del temor es pues la confianza.

Confianza y esperanza son básicos nuestro caminar por el planeta.

Las 2 películas de las que es por tanto directivo, El señor Ibrahim y las flores del Corán; Odette, una comedia sobre la dicha, plasman con sus historias distintas formas de sostener y también estimular la confianza y la esperanza de que todo es pues posible.

La reina de la esperanza las Flores de Bach es pues Gorse y para la confianza pueden ser remedios clave Mimulus y Larch.

Éric-Emmanuel Schmitt, dramaturgo, escritor,  argumentista y cineasta

Es por tanto urgente querer y decir los que amas que los amas

Ima Sanchís, La Versus-La Vanguardia, trece abril dos mil once

Hay 2 opciones, o bien habitas el misterio con temor y angustia o bien lo haces con fe, o sea, confianza.

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eso charlan mis libros y películas, de personajes que confían en lo ignoto, que viven con los brazos abiertos y que luchan versus las fuerzas negativas, la angustia y el temor.

¿Y vive como sus personajes?
Sí, siempre y en todo momento estoy de buen humor, lo que sorprende la gente, y soy interminablemente curioso. Una cosa que me ayuda disfrutar de la vida es por tanto la imaginación, que me deja explorar todas y cada una de las puertas del presente.

¿De qué manera aplica la imaginación la realidad?
La imaginación es pues dejarse invadir por el planeta y por la gente. En el momento en que estoy frente alguien, me dejo penetrar por todas y cada una de las sensaciones y las imágenes que emanan de ese sujeto; es por tanto un conocimiento empático.

¿Y desde cuándo?
Tenía veintinueve años, me apunte un viaje de aventura: diez días caminando por el desierto del Sáhara y me perdí.

¿Sin agua y sin comida?
Sí. Llegó la noche y pensé que iba morir de temor, empero ocurrió todo lo opuesto. Me invadió la confianza, pasé una noche mística. Entré en ese desierto ateo y salí creyente. Me costó años poder charlar de ello, no obstante terminé confesando porque siempre y en todo momento me preguntan de dónde viene el optimismo de mis obras, y la fuente viene del desierto. Habito la vida con confianza.

¿No era así infantil?
Era eufórica, no obstante exageradamente angustiado, tenía miedo la nada y la idea de que la vida era insignificante, un puro de primera material; hoy creo que es pues algo más que una agitación de moléculas y que todo está justificado.

Puesto que me ha partido el corazón.
El tema que trato Cartas Dios es pues duro, empero es por tanto una película optimista; un himno la vida aunque la vida sea breve y débil. Creo que hay que querer la vida como es por tanto, sin ilusiones, a sabiendas de que es por tanto corta, frágil y llena de dolor.

¿En qué momento fue la primera vez que acercó a pequeños terminales?
Mi padre era fisioterapeuta y trabajaba con . Desde el instante en que cumplí los 8 años, todos los jueves y los sábados, me llevaba con él al centro de salud; con lo que crecí pensando que lo normal era estar enfermo y lo inusual tener salud.

¿Aprendió algo?
Al comienzo tuve temor; entonces aprendí que no debía dejar que la enfermedad construyera un muro entre y yo. Y hablo de ello en la película: los progenitores de O. ven la enfermedad de su hijo lugar de su hijo, y el pequeño no lo comprende; piensa que no le desean. No hay que dejar que las situaciones interpongan entre las personas.

bien difícil es pues eso.
Ahora adulto acompañaba una amiga que iba los centros de salud de voluntaria. Jugando con los pequeños descubrí que son enormemente más francos y directos. Una vez que están situaciones frágiles, desean charlar de la enfermedad, de la muerte, de todo cuanto les ocurre. Son los adultos los que están asustados, y crean angustia con su silencio y también hipocresía.

Su película tiene algo muy profundo.
Un inclinación visceral por la vida como es por tanto; no tal como quisiéramos que fuera. Para mí, ser feliz no es por tanto tener una vida distinta la que tengo, es por tanto corresponder completamente la que tengo; no es por tanto protegerse del dolor o bien la mala suerte, es por tanto integrarlos las tramas de la existencia. Con exactamente la misma vida puedes ser feliz o bien desgraciado; es pues una actitud mental.

¿Una actitud que ha aprendido?
Sí, puedes pelear versus tu negatividad y pesimismo. Eso desea decir que la inteligencia y la experiencia pueden servir para algo.

adivina que ha vivido la muerte.
Sí, he acompañado personas próximas, a veces largas agonías, y me ha hecho comprender que era urgente querer y decir que amas; no hay tiempo que perder.

Sus mujeres son fuertes y tiernas.
Para mi el hombre es por tanto simplicidad y la mujer dificultad. En el momento en que una mujer afirma no, nones desea decir no, ni una vez que afirma sí. La mujer es por tanto paradójica, es por tanto fuerza y herida. Si no veo su herida, no puedo comprenderla.

¿De qué manera es por tanto su madre?
Una fuerza sin confusión ni ambivalencia. Pienso que mi madre es por tanto un hombre.

¿ desea instruir?
Tengo una obsesión: enseñar que cada uno de ellos de podría haber sido el otro. Aun escribí un libro sobre Hitler para probar que convertirse un bárbaro está al alcance de individuo. Hay una busca ética: cultivar lo mejor lugar de cultivar lo peor, y por tanto una dimensión ética.

Cuesta trastada ser bueno.
Sí, el mal hace acelerado y el bien es por tanto laborioso. En un segundo lo puedes abrasar todo; por patrón, con un pequeño o el apego con una sola oración.

¿De qué forma aprende la confianza?
Admitiendo que no todo es pues racional, admitiendo desdecirse las puertas de la sensibilidad y la irracionalidad de la vida. Hay que querer la necesidad y todo lo ineludible.

Opinar no es por tanto bueno para tener confianza.
Cierto. El pensamiento es pues el espíritu crítico, no obstante es preciso creer hasta el momento en que llegas ese umbral el que el pensamiento ahora no sirve para nada y ahí has de tirarte de cabeza: o bien al temor o la confianza.

Un día = diez añosDoctor en Filosofía, tiene un don singular para hablarnos de cosas esenciales delicadamente: la muerte, la dicha, el dolor y todos los sentimientos que nos hermanan, sin necesidad de dramatizar. El desenlace son obras teatrales, libros y películas (El señor Ibrahim y las flores del Corán; Odette, una comedia sobre la dicha) que nos dejan con una sonrisa filosófica y el corazón revuelto. Tiene el don de conectar con la sensibilidad extraña y su última película, fruto de un libro del mismo titulo: Cartas Dios, que se estrena el viernes España, nos cuenta los últimos días de O. y su relación con Mamá Rosa, que le ayuda descubrir el misterio través de un trato: un día igual diez años.Hay 2 opciones, o bien habitas el misterio con temor y angustia o bien lo haces con fe, o sea, confianza.





Larch, Larix deciduaFotografía: Pilar Vidal Clavería
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