viernes, 13 de mayo de 2016

Regalos

En entre los episodios del libro de Angaangaq, Escucha la voz del hielo, hallamos unas reflexiones sobre los regalos, explica que un regalo es por tanto además un antídoto, un medicamento.

En sus reflexiones acaba que en el momento en que aceptamos cierto sujeto de regalos, regalos que apuntan una dirección, aceptamos además una responsabilidad, ahora que nos dejan ver qué potencialidades tenemos por desarrollar y aceptar el estar la altura del regalo y de nuestras potencialidades.

El notado de antídoto-medicamento lo enfoca desde cierto punto de ayuda, de salida, no obstante el trajín propiamente dicho lo ha de interpretar uno mismo.

Leemos el libro que los regalos los podemos percibir de los hombres y además de la Madre Tierra, o bien de un animal, que las aves envian regalos desprendiéndose de sus plumas para indicarnos  que hay obstátraseros en nuestro paseo, que los hombres occidentales hemos olvidado el idioma de la naturaleza e inclusive no sabemos ni que exista.

Angaangaq paseaba un día por una calle de Berlín y encontró una pluma absolutamente ajada, la recogió y afirmó: ¡Gracias!, un ave había dejado caer una pluma y nadie lo había sentido,  alguién desde el planeta de los animales le había dicho: Cuídate enormemente y el entendió el mensaje.

A las Flores de Bach además las llamados remedios y son como los regalos de los que conversa Angaangaq, nos ofrecen potencialidades, virtudes desarrollar y partir de poder desarrollarnos asumiendo nuestra responsabilidad.

En su obra Ciertas consideraciones esenciales sobre la enfermedad y la sanación el doctor Bach escribió:

Deben tener sus experiencias: aprender de las trampas del planeta, y, por su esmero descubrir el camino que conduce la cima de la montaña.

 
Cima de la Roca Blanca,  2784 mFoto: Pilar Vidal Clavería
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